domingo, 19 de agosto de 2007

¿Había dicho ya que soy un "apocaliptico convencido"? (3)

PROTECCIÓN CIVIL FRENTE A UN ATAQUE NUCLEAR

1 Medidas a tomar antes del ataque
2 Estimación de objetivos
3 Indicadores de inicio del ataque
4 Protección contra los efectos mecánicos y térmicos
4.1 Si te encuentras en el interior de un edificio
4.2 Si te encuentras en el interior de un vehículo
4.3 Si te encuentras en campo abierto
5 Protección contra los efectos radiológicos
6 Después del ataque

3.- Indicadores de inicio del ataque

En un mundo ideal, cabría esperar información amplia y suficiente a través de los medios de comunicación de masas. Ni qué decir tiene que los intereses políticos y económicos de estos medios pueden hacer que el preaviso sea muy breve. Como no podremos confiar en ellos, se ofrecen algunos posibles indicadores de inicio de un ataque nuclear.

Películas famosas en su día como “El dia después” han difundido la idea de que al principio de una guerra nuclear la famosa explosión en forma de seta sería visible desde todas partes. Queda muy bien como expresión estética, pero en la guerra nuclear, como en toda guerra, la realidad es fea, sucia y prosaica.

Hay que tener en cuenta que el hongo puede llegar a una altura de 10-20 km, pero la curvatura de la Tierra sumada a las cadenas montañosas le va restando visibilidad con la distancia. Nada más erróneo que esperar a ver el famoso hongo brillante saliendo por el horizonte. Salvo que se esté en un área relativamente cercana al área devastada, el hongo no es tan visible como se cree; puede pasar desapercibida, sobre todo si hay mucha nubosidad y estamos a muchos km del punto cero. No digamos si estalla a ras de tierra con poca potencia o es subterránea: los detritos pueden confundirse con niebla o nubes bajas. Una explosión subterránea produce una nube en forma de cabellera que es rápidamente dispersada por el viento, difícilmente visible en zonas rurales a distancia de los objetivos machacados.

El ruido ensordecedor y la vibración pueden ser indicadores útiles; las explosiones de megatón para arriba se dejan sentir a 50-100 km del punto cero. Detonaciones fuertes, profundas y remotas, mucho más fuertes y prolongas que un trueno.

Destellos violentos en el horizonte. Fuertes fogonazos en el horizonte sin cumulonimbos a la vista (se verían mejor de noche) indicarían explosiones aéreas a gran distancia, o en el suelo a pocos centenares de km.

Cortes de luz masivos y repentinos en zonas extensas. Ojo, no confundan un simple apagón eléctrico por sobrecarga o avería del tendido con un ataque nuclear. En el “apagón nuclear” hay estos elementos diferenciadores:

- Interrupción de servicio en equipos electrónicos. Es de esperar que un ataque nuclear se inicie con un ataque de pulso electromagnético (EMP), o que la detonación de armas relativamente próximas lo genere. Si se interrumpe el servicio de equipos electrónicos, luz, agua, telecomunicaciones y/o equipos operados por baterías (como los relojes de pulsera), cabe suponer que ha ocurrido un EMP.
- Los vehículos, especialmente los más modernos (encendido electrónico, gestión electrónica del motor) pueden detenerse. Reducción masiva de la durabilidad de baterías.
- Suspensión repentina y extensa de servicios de telecomunicaciones. Específicamente, imposibilidad de establecer contacto con una determinada área (una ciudad, por ejemplo) o la interrupción de comunicación con un área determinada. Esto puede ser indicativo de que esta área ya ha sido atacada. Interrupción general de las comunicaciones por saturación de las centrales como consecuencia del enrutado.

Por último...

Trazas de misiles en las regiones altas de la atmósfera. Aparición repentina e imprevista de "estrellas fugaces" componentes en reentrada).

Todo esto no sucederá si el ataque se perpetra por métodos terroristas o por lanzamiento de armas tácticas de corto alcance. La explosión será mucho menor, pero al no haber indicios previos, pillaría a la población desprevenida y sin acceso a los refugios, si existiesen. Esto debería hacer pensar a las entidades públicas o privadas que confían en exclusiva en costosos búnkers nucleares, por cierto.