domingo, 27 de abril de 2008

Ahora le toca al arroz.

Enlace al texto original (G. Bustamante - La Verdad)

La nueva oleada especulativa sobre determinados productos alimenticios en Estados Unidos -especialmente en el arroz- y el menor suministro de ciertos productos básicos debido al encarecimiento de los fletes, está provocando una psicosis de desabastecimiento en los mercados que se autoimpulsa y provoca subidas exageradas de precios. Las Naciones Unidas se reunirán dentro de unas horas para adoptar medidas urgentes (pese a que no se ha producido una alarmante disminución de las cosechas) antes de que la falta de alimentos en los mercados afecte a millones de personas de los países más desfavorecidos.

Esta nueva situación tiene algunas diferencias con la de meses atrás. Entonces el chivo expiatorio fue la escasez de cereales por la fabricación de biocarburantes, junto a las bajas cosechas en algunos países productores y a la mayor demanda de los emergentes. Los efectos de aquel movimiento alcista -no fue la única crisis que exportó EE UU durante el año pasado- llegaron a Europa y especialmente a España. El IPC se mantiene desde entonces en una escalada continua (el mes pasado se situó en el 4,5% anual con la inestimable ayuda de los precios del petróleo). A este paso podría deteriorarse de tal manera la situación en la Unión Europea que más de un país con perspectivas de crecimiento reducidas bordearía la estanflación, vocablo, ya saben, que apunta al estancamiento productivo con inflación elevada.

El sector arrocero de casa considera que las subidas del precio en los próximos meses pueden ser superiores al 30% (especialmente a partir de septiembre), aunque las organizaciones agrarias creen que no se producirán desabastecimientos pese a la sequía en algunas zonas productoras de Andalucía.

Seguramente el equipo económico del nuevo Gobierno habrá extraído buenas enseñanzas del anterior desmadre en los cereales, la leche, el pollo, etc y tendrá previsto, esta vez sí, algún paquete de medidas preventivas y de actuaciones paliativas para evitar las subidas de precios o frenar su escalada. Determinados organismos, en especial el Servicio de Defensa de la Competencia, están obligados a recoger las demandas de los consumidores y a realizar campañas informativas que eviten la psicosis y el posterior acaparamiento, acciones ambas provocadas en gran medida por especuladores interesados en crear cierta alarma con el objetivo último de lograr beneficios injustificables.