En fin, supongo que como "a la fuerza ahorcan" cuando el litro de combustrible esté a 10 euros, la ciudad será mayoritariamente para las bicicletas.
Enlace al artículo original de Sebastián Navarrete
Como todos los años por esta época he tenido la oportunidad de pasar unos días en Barcelona.
En esta ocasión me ha llamado la atención, con relación a visitas anteriores, el aumento considerable del uso de la bicicleta. Sin duda buena culpa habrán tenido las iniciativas tomadas por el Ayuntamiento barcelonés. Así he podido ver como se han instalado marquesinas con bicicletas (está previsto que para finales de año se lleguen a los 200 puntos de recogida y entrega y un parque de 3.000 bicicletas) que se pueden usar por cualquier persona con el único requisito de darse de alta previamente y el pago de una pequeña cantidad anual.

También se han instalado en las aceras soportes donde dejar las bicicletas particulares. Se han construidos carriles de bicicletas que discurren por las principales calles de Barcelona. A estas iniciativas públicas se añaden otras privadas, como las visitas guiadas en bicicleta, o el transporte -para dos personas- en vehículos a pedales.
He de confesar que he sentido envidia sana. Me gustaría poder disfrutar de estas ventajas en la ciudad donde trabajo y resido. Creo que estas actuaciones son todo un ejemplo a seguir.