PROTECCIÓN CIVIL FRENTE A UN ATAQUE NUCLEAR
1 Medidas a tomar antes del ataque
2 Estimación de objetivos
3 Indicadores de inicio del ataque
4 Protección contra los efectos mecánicos y térmicos
4.1 Si te encuentras en el interior de un edificio
4.2 Si te encuentras en el interior de un vehículo
4.3 Si te encuentras en campo abierto
5 Protección contra los efectos radiológicos
6 Después del ataque
6.- Después del ataque
Muévase con cuidado. Puede que piense que no ha ocurrido nada, pero puede estar aturdido y no haberse dado cuenta de lo que pasaba a su alrededor. Mire primero antes de actuar, intentando mantener la calma, y hágase una composición de lugar lo más precisa posible. Si se encuentra en un edificio, recuerde que éste puede estar dañado, debilitado o incendiado en algún otro lugar. Actúe con lentitud y prudencia, pensando antes de hacer nada. Permanezca cubierto por la manta a menos que por alguna razón no le sea posible.
En primer lugar oriéntese y compruebe que el lugar donde se encuentra es seguro. Si está a oscuras, espere a que sus ojos se acostumbren a la oscuridad. Asegúrese de que los suelos, paredes y techos (los que queden) son estables y no se desmoronan. Mire a ver si los muebles están estables también.
Cuidado con los cristales y fragmentos; lo último que usted necesita es una herida o una quemadura. Compruebe, en primer lugar, la ubicación de cables eléctricos que puedan haber quedado al descubierto y el estado de las conducciones de gas, abriendo únicamente las puertas y ventanas que sean estrictamente necesarias (si es posible, ninguna). Si nota un olor a gas cada vez más fuerte, usted no está seguro y debe huir de ahí. Acto seguido, intente confirmar que el edificio no esté ardiendo de una manera inteligente, sin salir a pasear por ahí bajo la posible lluvia radiactiva.
Compruebe que tiene los materiales que preparó siguiendo las instrucciones a tomar antes del ataque. Asegúrese de que no hay gases en el ambiente o fluidos inflamables en el suelo antes de encender ningún tipo de luz o usar ningún tipo de equipo eléctrico o electrónico. Si el lugar parece ser seguro, manténgase en él y establezca allí tu base de operaciones. De lo contrario, vaya a un lugar más seguro para poder establecerla. No hagas ningún movimiento sin tener una base a la que volver.
Compruebe lo que todavía funciona, en particular el teléfono, el agua potable y la red eléctrica. Si alguno de estos servicios está interrumpido, tenga en cuenta que es posible que tarde mucho tiempo en restablecerse; ahorre sus reservas sustitutivas (pilas, agua potable...). Si el teléfono funciona, no se ponga a llamar como un loco a todo el mundo, probablemente no conseguirá hablar con nadie y además estará contribuyendo a saturar unas líneas muy necesarias para los equipos de emergencia. No salga a descubierto sin una buena razón, y muy especialmente si está lloviendo.
Si su área ha sido atacada, no espere que los servicios de ambulancias y policía acudan con normalidad. Los servicios del estado y privados estarán colapsados, si es que todavía existen. Intente organizar a la gente de su alrededor (familiares, vecinos, compañeros de trabajo...) para actuar de manera coordinada.
Si hay heridos, atiéndalos. No acuda a los hospitales por lesiones menores; estarán saturados y no le harán ni caso. Si hay un médico en su entorno, libérenlo para atender a los heridos. Si hay personas con conocimientos de física, armas o energía nuclear, déjenles al menos algunos márgenes de tiempo para pensar y obtener ideas útiles.
Si su radio aún funciona, escuche atentamente los partes de guerra y meteorológicos. Tenga en cuenta que su radio puede no funcionar durante algunas horas si entre usted y la emisora hay un área de blackout. Evite las áreas más dañadas, de mayor contaminación y allá donde esté lloviendo. La lluvia va a ser peligrosa durante mucho tiempo.
Lávese usando el agua con mucha mesura, pero no deje de lavarse; la higiene es vital en estas condiciones. Si sospecha que alguien ha estado expuesto a lluvia radiactiva, que se depile al cero y se lave y cambie de ropa.
Evite las algaradas y, por supuesto, el saqueo. La gente no se va a pensar mucho de apretar el gatillo en semejantes circunstancias. No haga pues exhibición del material de supervivencia de que dispone.
No se eche a la carretera a menos que le conste que no están colapsadas y que hay ruta abierta hacia tu destino. Jamás vague por ahí, si va a algún sitio llegue hasta él y si no puede vuelva directamente a su base de operaciones anterior. Si su vehículo funciona, ahorre la gasolina y no recoja a nadie. Es duro, pero es necesario. Todo puede ser una trampa. Sea solidario pero no tonto. No deje solo el vehículo hasta que no llegue a su destino: mucha gente va a necesitar gasolina, bujías... o el vehículo entero.
Si tiene un arma de fuego, jamás la enseñe a menos que vaya a disparar. Si tiene que disparar, piense dos veces y hágalo a blanco seguro y ahorrando munición.
La policía y el ejército pueden ser amigos... o enemigos. Proceda con precaución al acercarse a ellos. Además de que estarán muy nerviosos, habrá gente uniformada que ya no esté obedeciendo órdenes. O que sus órdenes signifiquen su peligro y su muerte. Pero tampoco renuncie a su potencial de ayuda o a colaborar con ellos en lo adecuado. No confíe demasiado en los medios de comunicación social que sigan operativos. Si en la actualidad son ya tan manipuladores, tendenciosos y mentirosos, en una situación tan grave es imposible saber bajo el control de qué poderes podrían quedar.
Contribuya a mantener el orden y los valores. Lo último que necesita una sociedad tan gravemente dañada es convertirse en una selva de cowboys, bandas de saqueadores y mafias. Intente que niños y adolescentes reciban educación. Tome medidas tan duras como sean necesarias, pero sólo lo estrictamente necesario.
Si dispone de terreno, cultívelo. Es preferible comer comida contaminada a no comer. Hágalo con discreción; no se exhiba ante la necesidad de otras personas. Puede que no se conformen con admirar su suerte. Ellos también luchan por su vida y la de los suyos. El lugar ideal para permanecer es una casa rural de muros gruesos con terreno cultivable o caza, en una ladera y sin línea visual directa con un posible objetivo, con una fuente de agua próxima y medios eléctricos autónomos. Por el extremo contrario, el peor lugar para permanecer son las ciudades o urbanizaciones. Además de que pueden ser atacadas, el suministro de agua potable, electricidad y alimentos no está garantizado. Pero no salga de la ciudad a menos que sepa que las carreteras están libres.
Buena suerte.
(Basado en información obtenida de Wikipedia, la enciclopedia libre en "http://es.wikipedia.org/wiki/Protecci%C3%B3n_civil_frente_a_un_ataque_nuclear")
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